viernes, 27 de noviembre de 2009

FRÍO EN LOS ALREDEDORES DE LA PALABRA, Vicente Ponce



La colección Azotes Mecanográficos, nuestra colección dedicada a los libros de bolsillo, ha sufrido un cambio en su apariencia. Hemos ampliado el formato a 23 x 14 cm, y hemos cambiado la estructura de la portada. El nº2 de esta colección es Frío en los alrededores de la palabra, de Vicente Ponce, entre otras cosas, profesor de Teoría del Arte y de Historia y Teoría del Cine Moderno en la Facultad de Bellas Artes de Valencia. Ha publicado los libros de poemas Instrucciones para mirar el silencio (Ediciones A/Z, Valencia, 1999), Incendios del tiempo (Vértigos de luz, Valencia, 2002) y Hojas de aire cubren esa cólera (UPV, Valencia, 2005).

En otros ámbitos, cabe destacar que Vicente Ponce ha escrito ensayos y críticas cinematográficas para publicaciones especializadas como Contracampo o Archivos de la Filmoteca, publicación esta última que fundó y dirigió en sus comienzos. Colabora, también esporádicamente, con artículos de intervención político-cultural en el diario El País (Valencia) y lo hizo con artículos de crítica literaria en Quimera o El Diario de Valencia y de crítica artística en Cimal. Ha sido editor de diversos libros: Pere Portabella pres al camp de batalla (1981), Diversas miradas sobre el cine negro (1986), Acerca del melodrama (1986), Sierra de Teruel, cincuenta años de Esperanza (1989) o El aprendizaje del tiempo (1995). Ha escrito, además de en varios de los citados, en algunos otros como El cine de José Isbert (1984), Tabula Rasa (Jenaro Talens, 1985), Los años que conmovieron al cinema (las rupturas del 68) (1988) o Diccionario del Cine Español.

Nosotros recomendamos vivamente la lectura de Vicente Ponce en cualquiera de sus facetas, y para ello os mostramos un par de poemas de Frío en los alrededores de la palabra.






VIOLENCIAS DEL SIERVO INERME

 


Nadie sabe lo que puede un cuerpo

Baruch Spinoza/Gilles Deleuze&Otros

 

 

es el cuerpo el resultado de siglos pero el naufragio es reciente. La tormenta impuso al fin su fuerza y tuvimos que pactar las pautas sur la route qui plonge au loin. Los cuerpos a la deriva,  la confusión de miembros y latidos, agitaron sus orificios en una letanía imperfecta cual nudo de murmullos sin ruido. La noche fue breve, aunque estuve acechándote siempre y el cielo cedió sin molestarnos. El cuerpo acumula escritura, signos y siglos, pero el naufragio terminó en los músculos a(r)mados, en las zonas carnosas del cuchillo que calla, en un verbo de aire cuyo rumor no respira aunque respiremos juntos, en el centro mismo de nuestras calculadas sevicias, en la memoria desolada de unos ojos que ya no se abren, en el silencio de sabernos perdidos. El cuerpo tiembla en su júbilo, sus juegos te reconocen y es el resultado no de muchos siglos, sino de un segundo tibio y eterno si tú sigues cerca…





LA CALIGRAFÍA DEL EXTRANJERO 


 a) La longitud de la cuerda

 

                                                                           

Yo tuve lo que ya pierdo

Carilda Oliver Labra



Y con tus ojos me ayudas

a ver lo que antes no vi

a cerrar la mano de mi delirio

apagando en tu mano los tilos

que brotaron al frío olor de la tormenta

Tu cuerpo y también la tragedia

la inspiración reencontrada

aquella tardía fiebre de primavera

la desesperación como oleaje

siempre embravecido de silencios

Y tus ojos en ese tiempo sin historia

enmudecen el  llanto del mirlo

o se apagan en los juncos…

pero entonces temo, temblando,

haberlo perdido todo



 

b) Suplicio del sujeto (pasivo) de la enunciación

                                                    

  Largo se hace el día a quien no ama

 y él lo sabe

Claudio Rodríguez



Desierto de los cuerpos

que se engañan juntos sin saberlo

en la infame mañana de ese día

rehenes de un fuego que se extingue

 

Nadie los verá porque a la Nada

dirigen sus gestos vacíos

Nadie reconocerá esos pasos

incapaces de escribirse en la arena

Indignación por una vida rodeada

de silencio cuando tantas voces esperan

 

Desierta crueldad del cuchillo

que hiere ese maldito día

ante una pantalla abierta que era pesadilla

para quien vio morir todos los años transcurridos


1 comentario:

  1. lo compré hace una semana. excelente trabajo.

    seguiré en la relectura.

    Un abrazote,

    V

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