Pero dime una palabra solamente
Errando en el laberinto del insecto
En la mano que reza pidiendo limosna al insecto
Limosna de vida, agua del estiércol
Espanto atroz de mi figura
Labio contra el labio, verso contra el verso
Rezo contra el mundo
Labio podrido del gusano
Pus del odio y rezo del silencio
Nostalgia del silencio
Bestia negra de las conciencias puras
Alma bella contra el desierto
Sombra en el desierto de la página
Desmayo del deseo y flor contra el mundo
Ojo del cielo contra España
Labio del cielo y verso contra el verso
Pureza de Satán contra el infierno
Pureza del lirio y del infierno
Jardinero infiel de la memoria
Línea demacrada contra el verso
Ángel de la belleza y del infierno
Delirios de Narciso desnudo frente al mundo
Reino del fin
Y fin del reino
Llanto contra el silencio y contra la nada
Llanto húmedo en la fiebre que solloza y solloza y solloza
Flor azul de la nada y sacrilegio del viento.
Un abejorro vuela alrededor de la página
Con toda la sabiduría del retrete
Diciendo que la vida es oscura y que es flor la tiniebla
Oh tú, luz en la noche; Oh Miguel de Molinos
Oh rosa de los vientos que habitas en la sombra
En la sombra cruel de un castillo de naipes
Que borrará el desastre y el viento
Oh cosmos de la infancia y martillo en la sombra
Caballo de San Juan elevando la nada
Risa en la tiniebla de un castillo sin nadie
Justicia de la sombra y sol del desierto
Equidad del día y de la noche
De la realidad y del sueño
Patria de los herejes y del viento
Ovario del desastre y ovario de los libros
Ojo inmóvil de Isis adorando a Osiris
Ojo inmóvil de un castillo en la sombra
Ojo inmóvil de Kafka adorando a la sombra
El tigre de San Juan lamiendo los dedos de un perro
Osario de los sueños y tumba del silencio.
Los héroes inútiles del silencio
La voz inútil de la sangre
De la sangre del vino y del viento
In vino veritas
Alexander Block lo dijo
Gritándole a la nada de la tumba
A la nada sin piel del viento
A la piel de la nada, a la piel del silencio
A la pez del silencio
A la sangre inocente del viento
Pobre pez que en la nada se extiende
Como un animal herido en el jardín
Como un animal ene. jardín donde sopla el viento
Como el fósil de un ser que no ha existido nunca
Como el alma del Wendigo
Oh tú, señor de los vientos y de la miseria
Señor atroz de viento
Oh tú dulzura de la miseria
Que aspas con las manos contra el viento
Y queda, al terminar el poema,
Sólo un poco de ceniza en las manos.
martes, 14 de abril de 2009
VOCES EN EL DESIERTO (Leopoldo Mª Panero-Félix J. Caballero)
sábado, 11 de abril de 2009
PRESENTACIÓN EL LA 39ª FIRA DEL LLIBRE DE VALÈNCIA
miércoles, 8 de abril de 2009
¿NI EN EL CIELO? (Antonio Méndez Rubio-Javier Fernández de Molina)

¿Ni en el cielo? es el tercero de los volúmenes que, por ahora, forman la colección Manuscritos. Se trata de un poema de más de cuatrocientos versos escrito por Antonio Méndez Rubio e ilustrado por el pintor Javier Fernández de Molina. Al tratarse de un único poema, decidimos darle forma de fuelle para respetar la unidad del texto, con lo que tenemos un desplegable de más de seis metros y medio de largo. Una vez escrito, Fernández de Molina trabajó durante unos meses para crear ocho ilustraciones originales, reproducidas de forma digital y retocadas a mano una a una. Se ha utilizado papel Conqueror de 100gr. para las ilustraciones, que se envuelven en papel Michel de fibra larga (100% manila), libre de residuos, clorados y ácidos para su correcta conservación. Asimismo, el poemario ha sido serigrafiado sobre papel Fabriano Gentile, celulosa pura de 160 gr. Por último, un cartapacio Arjowigggins de 240 gr. contiene el conjunto. La edición consta de 100 ejemplares venales firmados por los autores.
Antonio Méndez Rubio trata de indagar partiendo del silencio, de la huella o de la mímica del espectro, cuáles son las voces perdidas entre la memoria (luz, tierra) y el olvido (vacío, tiempo, cielo) del acontecimiento íntimo, esto es, del acontecimiento del otro y de su inconfesable comunidad. Para ello, traza un itinerario entre el lenguaje material de los cuerpos y su reflejo fractal en los otros, entre nuestro (des)encuentro. Así, traza una encrucijada donde “la palabra ausente” intenta desvelar una respuesta que nunca llega pero cuya cadencia sentimos. Es precisamente en este límite entre la palabra y el silencio, entre la memoria y el olvido, entre el cielo y la tierra“donde va a resultar que no se olvida”.
Aquí os dejo el comienzo del libro, su transcripción y el audio para escucharlo:
Ni en el cielo ni en la tierra.
Difícil de reconocer
pero es aquí donde
va a resultar que no se olvida,
igual que un espectro no puede llegar a decir
“por otra parte, soy un espectro”
sin olvidarse de la mañana pasada en el patio,
de la deuda en lo cierto, en la brisa,
y siempre con la misma ropa.
Los árboles hoy son más parecidos
que cuando la memoria era más que un intento
o un reconocimiento que pierde las huellas
de esa flor de durazno en la luz
sobrevenida:
se encarga así de no comenzar
por lo menos, por nada
que no fuera aquel oscurecer, nuestro,
sobrecogido desde aquellas ventanas,
para el que no hemos tenido
cuerpo, silencio, nada
que decir.

PÁGINAS DE EXCREMENTO O DOLOR SIN DOLOR (Leopoldo María Panero)

martes, 7 de abril de 2009
LA CERTEZA DEL GIRASOL (Jenaro Talens-Carmen Alvar)


